La alimentación es un pilar de la buena salud; puede afectar la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones. También es un requisito para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y para evitar la aparición de diferentes enfermedades.
En ese contexto, se aconseja:
- Consumir variedad de alimentos a diario: cereales integrales como trigo, maíz o arroz (no procesados, ricos en fibra); legumbres como lentejas o frijoles (judías); verduras y frutas frescas en abundancia; y algún alimento de origen animal, como carne, pescado, huevos o leche. Para los refrigerios se aconseja comer hortalizas crudas, fruta fresca o frutos secos sin sal.
- Reducir el consumo de sal: limitarlo a 5 gramos diarios (equivalentes a una cucharadita). Emplear poca sal en las comidas como así también el uso de salsas y condimentos salados (como la salsa de soja, el caldo de carne o la salsa de pescado). Retirar el salero de la mesa y dar sabor a las comidas con hierbas y especias frescas o secas. Consultar etiquetas de los alimentos para elegir productos con menor contenido de sodio.
- Consumir cantidades moderadas de grasas y aceites: utilizar grasas saludables como el aceite de oliva, soja, girasol o maíz. Elegir carnes de aves y pescado, que por lo general contienen menos grasa que la carne de ternera, cordero o cerdo. Limitar el consumo de carnes procesadas. Consumir lácteos desnatados o semidesnatados. Evitar alimentos procesados, horneados y fritos que contengan grasas trans de producción industrial. Hervir o cocinar al vapor los alimentos.
- Limitar el consumo de azúcar: reducir la ingesta de golosinas y de bebidas que contengan azúcar como refrescos, jugos de fruta y bebidas a base de jugo, concentrados líquidos y en polvo, aguas aromatizadas, bebidas energéticas y deportivas, té o café listos para beber y bebidas lácteas aromatizadas. Cambiar el consumo de galletas, pasteles y chocolate por fruta fresca. Reducir las porciones de los postres. Evitar que los niños consuman alimentos dulces. Recordemos que hasta los dos años de edad no debemos añadir sal ni azúcar a su dieta.
- Tomar suficiente agua: el agua es la bebida más saludable y económica. Tomar agua en lugar de bebidas azucaradas es una forma sencilla de limitar el consumo de azúcar y evitar un exceso de calorías.
- Evitar el consumo peligroso y nocivo de alcohol: el consumo de alcohol no protege contra la Covid-19 y puede ser peligroso. Aumenta el riesgo inmediato de lesiones y provoca efectos a largo plazo como daños en el hígado, cáncer, enfermedades del corazón y trastornos mentales. No existe un nivel seguro de consumo de alcohol.
- Practicar la lactancia materna: la leche materna es el alimento ideal para los bebés. Es segura y limpia y contiene anticuerpos que ayudan a proteger frente a muchas enfermedades infantiles frecuentes. Los bebés deben recibir lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. Debe mantenerse hasta los 2 años de edad o más, combinada con alimentos variados y adecuados.
Para tener en cuenta
No se ha demostrado que la Covid-19 se propague por el contacto con los alimentos o sus envases. Se considera que lo hace de persona a persona. No obstante, es necesario mantener una buena higiene al manipular la comida para evitar el contagio de cualquier enfermedad.
Según la OMS, estas son las claves para la inocuidad de los alimentos:
- Mantener la limpieza.
- Separar los alimentos crudos de los cocinados.
- Cocinar completamente los alimentos.
- Mantener los alimentos a temperaturas seguras.
- Usar agua y materias primas seguras.
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS).